Los cuatro pilares para construir la confianza
por Juan Pablo González Casanova
Ante la pregunta, ¿te consideras una persona confiable? muchos, pienso que casi todos responderán que sí. La confianza, como todo valor, parte por casa, teniendo confianza en uno mismo. Vamos viendo una interpretación de confianza para poder verificar esa opinión:
Una forma de verlo es que la confianza es una mesa de cuatro patas, la primera pata es la sinceridad, claramente no puedo decir algo y estar pensando otra cosa, eso inmediatamente me hace una persona no confiable. Una segunda pata es la historia, que debe ser consistente en el tiempo, no puedo ser confiable un día y al otro no cumplir, para generar confianza debo ser impecable en el cumplimiento de mis compromisos. Una tercera pata es la competencia. Para ser confiable debo tener las herramientas para poder cumplir con aquello con lo cual me comprometo, por ejemplo, yo no soy confiable piloteando un avión. Por último, está el involucramiento, o sea que aquello que está en juego, me importa. ¿Cómo puedo confiar en alguien que no está comprometido con lo que está pasando, que no le importa?
Hasta aquí, seguramente, seguimos siendo confiables. Investiguemos un poco más este juicio a través de algunas preguntas.
- Sobre la sinceridad: ¿Has dicho, sí, cuando has querido decir, no? ¿alguna vez has agrandado un resultado para que parezca mejor? ¿Has dicho que vas más cerca cuando llamas por ir atrasado a alguna parte? ¿Has dicho que algo te gusta cuando en realidad, no? ¿mientes a veces con la excusa de no dañar a otra persona?
- Sobre la consecuencia en la historia: ¿Has prometido algo cuando estás entusiasmado que luego no has cumplido? ¿te has propuesto hacer una dieta que nunca comienzas? ¿dejar de fumar o tomar? ¿Has adquirido compromisos que luego esperas se olviden?
- Sobre la competencia: ¿Has tomado compromisos sin tener las herramientas necesarias? ¿Te atreves a decir “no sé”? ¿Pides ayuda? ¿has dicho “lo resolvemos en el camino”?
- Sobre el involucramiento: ¿Intentas estar presente siempre en las reuniones? ¿Llegas atrasado? ¿Cuando escuchas, qué escuchas, a ti mismo o intentas comprender al otro? ¿haces chistes a veces cuando otro habla? ¿miras el teléfono en las reuniones? ¿te sientes interesado e involucrado con lo que les pasa a otras personas?
Seguramente hay muchas explicaciones para nuestras acciones, y ellas no nos hacen más confiables…
A lo mejor nos hemos dado cuenta de que ser 100% confiable es una tarea muy difícil, y la confianza es un tesoro invaluable, la confianza nos da posibilidades de acción, nos permite coordinar acciones que van más allá de nuestra biología, sobretodo, en las organizaciones, que finalmente son una red de interacciones que buscan compromisos. Lo bueno es que la confianza se puede generar, se puede mantener y se puede reparar. ¿Cómo lo hacemos?… conversando…
Una conversación para generar confianza habla de relacionarnos, de instalar un juicio en el otro con afirmaciones que nos respalden, de mostrar involucramiento en lo que al otro le pasa, diciendo siempre la verdad y sin agendas ocultas. La confianza se mantiene, chequeando, evaluando cumplimientos, preguntando por la satisfacción de un compromiso, sabiendo decir que “no” asertivamente. Y la reparamos pidiendo perdón si es que fallamos, reclamando en caso de que nos fallen, ofreciendo medidas mitigatorias y también a veces explicando lo sucedido asumiendo el error.
La confianza es la emocionalidad necesaria en cualquier cambio. Rafael Echeverría en su libro “La empresa emergente” nos cuenta, ” Es necesario un mecanismo de regulación del trabajo que, permita e impulse que el trabajador aprenda y logre innovar… Los nuevos mecanismos de regulación necesitan sustentarse en una emocionalidad diferente. Esta emocionalidad es la confianza, la cual es clave en el mundo empresarial”.
Fuente: http://juanpablogonzalezc.blogspot.com/2014/05/la-confianza.html
Las patas de la confianza
por Marcelo Martin
¿Por qué confiamos o dejamos de confiar? ¿Cómo podemos entender que perdamos la confianza en algo, en alguien, en nosotros mismos?
Imagínate la confianza como una mesa, que esta firme si las patas son sólidas. Vayamos por cada una de estas 4 patas de la confianza:
Competencia
Es la evaluación que hacemos de las habilidades de la/s persona/s para poder cumplir con lo que se compromete a realizar… Podremos basarnos en su currículum, en lo que conocemos de su experiencia, en lo que nos dice (vinculado aquí a la sinceridad), o bien basados en nuestra forma de vincularnos primariamente con las personas (con confianza o desconfianza predominantemente).
Sinceridad
Juzgamos a una persona como “sincera” cuando sus pensamientos se condicen con sus conversaciones públicas, es decir, juzgamos que no nos esconde nada, o que no tiene conversaciones privadas y públicas diferentes. Podemos hablar de personas que predominantemente deciden SER confiadas o SER desconfiadas, como una forma espontánea de relacionarse.
Responsabilidad (o confiabilidad)
Es nuestra evaluación sobre cómo la persona se comporta en relación a los compromisos que asume, es decir si puede cumplir a tiempo, si no puede cumplir ¿avisa con tiempo?, si siempre cumple con lo solicitado, etc.
Vulnerabilidad
Es nuestra evaluación en relación a que pasa si las cosas se complican, por lo tanto se vincula al cuidado, ¿Me siento cuidado? ¿Cuánto me cuido ante las decisiones y compromisos que asumo?
Esto ayuda a entender muchas de las relaciones y las cosas que pasan. Es importante que cuando desconfiamos, podamos determinar cuál de las 4 patas de la confianza está “floja” o no está, y esto nos permitirá decidir en relación a la posibilidad o no de relacionarnos con esa persona/Institución, y en su caso no llegar a las consecuencias que un compromiso no cumplido podría generar, además del efecto en nuestro bienestar y posibilidades futuras….
Fuente: https://www.destapandotalentos.com/post/las-patas-de-la-confianza
El punto dulce de la confianza
por Pilar Jericó
Fuente: https://elpais.com/elpais/2021/03/30/laboratorio_de_felicidad/1617113682_518662.html