La Organización Mundial de la Salud reconoce la enfermedad renal crónica como la octava causa de muerte en el mundo. En 2040 podría convertirse en la quinta y, a finales de siglo, estar más cerca del primer puesto, por delante del cáncer.

por Nuria García Fernández, Universidad de Navarra

La mayor parte de las personas tenemos dos riñones. Cada uno de ellos se compone de una maquinaria perfectamente coordinada para eliminar, en todo momento y según necesitamos, el agua y las sustancias de desecho que producen las células vivas de nuestro cuerpo. De este modo nos aseguran que nuestra sangre tiene una composición normal en todo momento.

De forma sencilla y simple, podemos imaginar que son coladores que dejan pasar la “leche” (agua y sustancias de desecho) y evitan que pase la “nata” (proteínas y células de la sangre).

Cuando decimos que una persona tiene una enfermedad renal crónica (ERC), lo que le sucede es que, por lo menos durante los últimos 3 meses, sus riñones han tenido dañado el colador: no dejan pasar la “leche” porque hay agujeros obstruidos o se les escapa la “nata” porque algunos se hicieron demasiado grandes.

Esta enfermedad tiene etapas que van de enfermedad inicial o leve, a moderada, avanzada y al fallo que precisa diálisis. Con frecuencia el fuego empieza pequeño y va ganando fuerza hasta quemar el bosque. Por eso es importante detectarlo pronto y tratarlo.

Fuente: https://kwfoundation.org

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