Según muchos neurocientíficos, es absurdo pensar que somos dueños de nuestros actos, ya que el comportamiento humano está condicionado por múltiples determinantes biológicos y ambientales. ¿Existe algún resquicio para la libertad?
por Pedro Raúl Montoro Martínez, UNED – Universidad Nacional de Educación a Distancia; Antonio Prieto Lara, UNED – Universidad Nacional de Educación a Distancia
Es una sensación ineludible, omnipresente. Nos sentimos libres, dueños de nuestras decisiones, de nuestros actos, de nuestras elecciones. Incluso los niños preescolares tienen ya arraigada esa creencia.
Pero ¿es cierta? En un universo material regido por las leyes de la física, no debería haber espacio para comportamientos que escapen a la dictadura de las causas y efectos, del mecanicismo físico. Según Isaac Newton, una vez conocidas la posición y velocidad de cualquier objeto en un instante dado, junto con las fuerzas que actúan sobre él, se podría determinar su comportamiento en cualquier momento del futuro.
Si la causa de cualquier fenómeno físico es siempre otro fenómeno físico, ¿dónde queda la brecha de la libertad individual?
Analicemos el problema mediante un experimento mental. Imagine que pudiéramos construir una copia exacta de usted, átomo a átomo: Usted-2. Imagine también que situamos a su doble en una copia exacta del universo en el que usted vive: Universo-2. ¿Cómo será el comportamiento de Usted-2 en Universo-2? Si considera que será exactamente igual, entonces no cree en el libre albedrío, y si piensa que actuará de manera diferente, entonces sí lo defiende. Aunque quizás haya una tercera opción, que luego veremos.
Fuente: https://kwfoundation.org