Mucho antes de que existieran los micrófonos, la televisión o los podcasts, la voz del ser humano ya encendía pasiones en el auditorio. Nunca sabremos qué dijo Alejandro Magno para frenar el motín de sus tropas en Opis, hacia el 324 a. e. c., pero algo en sus palabras debió conmover los corazones de aquel ejército cansado y resentido para frenar su sed de sangre.